Alimentación
Al dente Cocina y Humor
Salvado de avena y de trigo


Todos los alimentos del reino vegetal contienen fibra.

Las hay solubles e insolubles, ambas necesarias para la buena salud, aunque no se pueden consumir en cantidades exageradas sin previa consulta con los profesionales.

Entre las fibras solubles, con efecto beneficioso en la prevención de enfermedades cardiovasculares, se encuentra, entre otros alimentos, el salvado de avena, cuyo consumo colabora en la disminución de las grasas y del colesterol malo, lentifica la digestión produciendo una mayor saciedad y regula la absorción de los azúcares. Las fibras insolubles se encuentran especialmente en el salvado de trigo, en la piel de vegetales y frutas, en los granos enteros. El salvado de arroz tiene una mezcla de ambas. A la hora de incluirlas en las dietas cotidianas, además de encontrarlas en frutas, verduras y legumbres, la mejor elección son los panificados con cereales integrales que naturalmente contienen las diferentes calidades de salvado. Las recomendaciones médicas movilizaron a la industria alimentaria y las opciones para consumir más fibra soluble e insoluble, con especial espacio para los salvados de trigo y de avena, tomaron forma de "palitos", "cuadraditos" y "almohaditas" para incluir en desayunos y meriendas saludables. Cuando no, la otra solución es adquirir el salvado de avena y de trigo en las góndolas de los supermercados o en las dietéticas, ambos envasados por firmas responsables, y mezclarlos con pan rallado para enriquecerlo, agregar la avena en sopas e incluir ambos, juntos o separados, para mejorar amasados caseros. A pesar de que la alimentación argentina es pobre en fibras, cuando se desea incrementarlas conviene elegir las verduras antes que las frutas para no exagerar la ingesta de azúcares. La recomendación de consumir un mínimo de 15 gramos diarios de fibra no se alcanza sólo con frutas y verduras, y sí sumando el aporte de los salvados y los cereales integrales.

Más sobre alimentación

Volver al Menú