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¿Cuáles son los pros y los contras de beber vino tinto?
La industria de vino se ha beneficiado enormemente de los informes que indican que el consumo moderado de vino tinto puede bajar el riesgo de enfermedades cardíacas coronarias. Después de emitirse en 1.991 el programa 60 Minutos en que se hablaba de la "paradoja francesa", las ventas de vino tinto aumentaron.

La paradoja francesa fue descubierta cuando los epidemiólogos intentaron explicar porque los índices de mortalidad por enfermedades cardíacas eran bajos en Francia a pesar de seguir una dieta que contiene un alto grado en grasas y rica en colesterol. Otros estudios posteriores mostraron que al beber vino tinto, el riesgo de ataque al corazón disminuía entre el 25 y el 40 por ciento. Otro estudio, realizado en la ciudad de Copenhague sobre 13.000 personas y con una duración de 10 años, concluyó que las personas abstemias tenían dos veces más riesgo de morir de una enfermedad cardíaca que la gente que bebía vino cada día.

Si bien el mecanismo exacto no se conoce se cree que la razón de los efectos beneficiosos pueden estar en los pigmentos que se encuentran en las pieles de la uva. Éstos son miembros de una familia de los compuestos llamados proanthocyandins, que son antioxidantes muy poderosos. Si éste es el mecanismo de acción, se podría conseguir los mismos resultados bebiendo zumo de uva roja o comiendo bastante cantidad de frutas rojas y púrpuras (ciertas uvas, ciruelas, arándanos).

Una reciente investigación realizada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Wisconsin demuestra que el zumo de uva roja puede evitar que las plaquetas contenidas en la sangre se activen y se unan a las paredes de las arterias -un factor que puede conducir a una enfermedad cardiaca-. A cada uno de los voluntarios que participaban en este estudio se les midió la actividad de sus plaquetas una hora antes y una hora después que haber bebido tres vasos de zumo de uva, de naranja, y de pomelo. La segunda medición mostró que la actividad de las plaquetas había descendido más de un 40 por ciento entre los voluntarios que bebieron zumo de uva. No se detectó ningún cambio en la actividad de las plaquetas entre las personas que bebieron zumos de naranja o de pomelo.

De hecho, el jugo de uva puede llegar a ser mejor que el vino tinto. Otro estudio reciente descubrió los efectos del mosto sin alcohol sobre los niveles en sangre del antioxidante llamado catechin. La investigación demostró que después de beber mosto sin alcohol, el catechin permanecía en la sangre una hora más que si se había consumido la misma cantidad de vino tinto. Este estudio, realizado por un equipo de investigación de la Universidad de California concluyó que el alcohol contenido en el vino aumenta la velocidad de eliminación del catechin en la sangre.

Por otro lado, el vino tinto hace aumentar los niveles de colesterol HDL (el bueno, que protege el corazón), y hasta ahora no hay evidencias que el zumo de uva realice este efecto. Sin embargo, si se desea aumentar el colesterol HDL y evitar el consumo de vino, puede hacerlo a través del ejercicio físico tipo aerobic practicado de forma regular.

Pero olvidémonos de que el alcohol es tóxico para el hígado y para el sistema nervioso. La mayoría de los vinos contienen otras sustancias añadidas, tales como los sulfitos, que pueden ser perjudiciales para la salud. Si se desea tomar vino de forma regular, es recomendable beber con moderación y, si es posible, seleccionar un producto ecológico. Para algunas personas el vino tinto es un agente alérgico que puede producir dolores de cabeza, jaquecas, disfunciones nasales o gástricas, pero quizás esto sea debido más a las sustancias añadidas que al vino sí mismo.

Dr. Andrew Weil

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