El  vino
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Algo de historia


Una vieja historia nos ilustra míticamente la aparición del vino en Grecia.
Parece ser que Dionisio en su viaje a Naxos se topó con una planta extraña que le agradó.
Como el calor era intenso temió que la misma se secara y decidió protegerla del sol cubriéndola con el esqueleto de un pájaro.
La planta creció y Dionisio decidió colocarla en un esqueleto de león.
La planta volvió a crecer y la colocó dentro del esqueleto de un burro.
Así consiguió llegar a destino y la planto.
La planta dio sus frutos, que no eran otros que las uvas, y como la fermentación es un hecho natural, los griegos encontraron el vino.
Lo probaron, les encantó y cantaron como pájaros, siguieron bebiendo y se sintieron como leones, no satisfechos continuaron bebiendo y se comportaron entonces como burros.

El vino es una cultura del hombre occidental judeocristiano y no tuvo su cuna, ya que la vitis vinífera es originaria del Mar Caspio, Mesopotamia y orillas del Nilo, pero sí su máximo desarrollo en los países bañados por el mediterráneo. Grecia, luego Roma y después la Iglesia son los hacedores de vino. Herederos de esa milenaria tradición, los jesuitas la traen a América.
La cepa Mission en USA, la País en Chile y la Criolla en Argentina son fundadoras de los viñedos en suelo americano.
El vino ha acompañado a Occidente en su desarrollo como una sombra y Occidente ha transformado ese fenómeno natural, que transforma al mosto en vino, en uno de los pilares de su cultura.
Hoy el vino es algo muy distinto a los que fue en Grecia o en Roma donde se lo rebajaba con agua y hasta con agua de mar.
Hoy occidente es hacedor de vinos, hay Wine makers, hay una poderosa industria en expansión que ha hecho de nuestro país el quinto productor del mundo con tan solo 209.000 hectáreas de viñas y la llevado a nuestros criadores a un lugar de privilegio en los mercados.

No se trata solo de comprar un buen vino, tenemos que saber como guardarlo, sin caer en los errores más groseros de muchos restaurantes que guardan las botellas paradas y muy cerca de la parrilla.
Hay que evitar los lugares donde se concentra el calor o donde las variaciones de temperatura son muy bruscas.
Evitar también la exposición a la luz y sacudir las botellas.
Aún cuando el vino parece una bebida inerte, es un líquido en constante evolución.
A medida que afine su paladar, se dará cuenta que muchos tintos mejoran con un período de guarda, simplemente unos meses de olvido en la bodega privada pueden mejorar su perfomance.
Menos notable es con los vinos blancos que generalmente no tienen periodo de guarda. De todas formas, la ciencia del vino está lejos de ser matemática y estructurada.
Para evitar la oxigenación involuntaria (que oxida el vino) les recomendamos dejar las botellas acostadas de forma tal que el corcho esté embebido.

Los vinos blancos se toman fríos y los tintos a temperatura habiente. Es algo bien conocido. El problema son los grados. Un vino blanco demasiado frío pierde aroma y un vino tinto a temperatura habiente un día de verano de 38º tampoco es ideal.
No caigamos en los extremos. Si el invierno es muy frío calentemos un poco al botella, y si hace demasiado calor usar un balde de hielo.

Etchart
La prestigiosa marca de vinos finos perteneciente al grupo Francés Pernod Ricard presentó en la Argentina su linea premium Etchart Cafayate Internacional.
Esta gama(Hasta el momento reservada a los mercados de Europa, Norteamérica y Asia) está integrada por los varietales Torrontés, Chardonnay y Cabernet Sauvignon, junto al Arnaldo B. Etchart, el vino más prestigioso de la bodega.
Todos estos vinos son elaborados en su terrior de Cafayate (Salta) ubicado a 1.750M de altura. Con tecnología de última generación y barricas de roble francés para la fermentación y crianza del vino.

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