El éxito de una buena comida depende en mucho de la buena mesa. Y para ello nada mejor que dar una mirada a las nuevas vajillas: por sí solas representan verdaderas obras de arte.
Diseños exclusivos, colores y materiales no convencionales se imponen sobre el viejo y querido plato redondo y blanco.
Su puesta en la mesa no es complicada; sólo basta tener en cuenta lo siguiente:
-La nueva línea de platos se puede acompañar con copas anchas de pie alto para cenas de gala, o de vasos altos para reuniones informales. Siempre de vidrio y transparentes para ambos casos.
En cuanto al mantel, conviene usar los de colores lisos y claros, y sólo con detalles en los extremos para que no compitan en importancia con los platos. También se pueden usar individuales colocados de a dos o tres para marcar el espacio de cada comensal. Su diseño y color también deben ser simples.
-Las nuevas líneas ofrecen platos hondos y playos para servir diferentes comidas y postres, aunque, en general, se los puede comprar por unidad para armar los juegos de acuerdo a cada necesidad particular.